lunes, 29 de julio de 2013

17
28 de julio de 2013

Hoy despierto como algo normal.Chica de 17 y algo de peso en la espalda.Un poco de mal de estómago, ropa tirada por mi habitación, ropa que no combina con el azul de las paredes, algún que otro envoltorio en el escritorio, y quizás un poco de polvo en los zapatos que usé anoche. Ahora no hay melancolía, pues las mariposas han vuelto a equivocarse.Ellas, a veces, tras cubrir sus alas de purpurina, no la esparcen, sino que se pelean por ver quién brilla más de todas. Brillo artificial(...). Ya no bajo la escalera como algo normal. Ahora me sostengo en el quicio de una puerta mientras oigo una canción aplastada por mi corazón. No, no me encuentro mal. Es solo que vuelven conmigo.Las mariposas. Y... ¡casi no sé qué prefiero! Hoy recuerdo que no estás, que ella es más guapa, que aquella amiga ya no se acuerda de mí, que ellos ya no quieren pasar tiempo conmigo. Hoy sigo luchando por dentro para que los colegios no sean cárceles pintadas de un rosa tan fuera que la inocencia parezca estar salvada, hoy sigo corriendo perseguida por las voces, por los horarios, por lo establecido, por esas modas que nadie ve y que tanto daño nos hacen.Y sí, amiga, hoy es un buen día para que llueva. Pero, ¿sabéis? Nada de esto puede entristecerme por mucho tiempo. Ahora soy amiga de las mariposas, y ellas llevan la ilusión a cuestas, volando, dentro y a la vez fuera de nuestro humilde mundo.

Ójala nos hubieran enseñado antes que debemos confiar en ellas.

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