3 El Sol en las entrañas
La Física y la Química
jugando juntas a asustar
a los corazones jóvenes,
no leen los carteles
ni recogen los dados del Azar
tras la partida.
Sería tan contrario pensar
que si ellas no duermen nunca
es por el falso latir de sus seguidores,
por el típico mantel
de la ciudad de las Ciencias,
por los años que nos quedan
junto a nosotros mismos...
¿Quién sabe si somos nosotros
los que elegimos al Misterio
como hijo predilecto,
o es el Misterio
quien nos elige a nosotros?
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