9 de marzo de 2015
Un golpe en la punta no te hace nada,
mirar hacia el fondo, un "no" en el suelo;
cada libro, cada hora es un duelo,
abrirse el cuello, dejar paso a un hada.
El techo, la ropa, ella empapada,
lleno de amapola su azul pañuelo;
las dudas que vierte observar no suelo:
delirios, princesas, vidas pasadas...
Olvídame, dime que no querrás
decirle al oído que no eres mía,
que nunca en tus labios habrá un "vendrás".
Cuida tu alma, lee lo que dolía
atada a tu cama llámame loco;
tu reloj comprobará que mentías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario